Por lo general, se supone que el estrés “no es bueno para el corazón” y que también es responsable del desarrollo de arritmias. Sin embargo, hasta la fecha, solo se dispone de estudios de poca escala que proporcionan posibles pruebas del estrés como desencadenante de la fibrilación auricular.
Todavía se necesita una amplia investigación científica que proporcione pruebas sólidas del estrés como posible desencadenante de la fibrilación auricular.
Estrés agudo
Se entiende por estrés agudo el desencadenante emocional que se experimenta durante acontecimientos negativos, como la muerte repentina o la lesión de un conocido cercano. Se han descrito algunos casos en los que un episodio de fibrilación auricular fue precedido por tales emociones negativas. Aunque faltan pruebas científicas sólidas, existe una explicación científica aceptable para esta relación.
Un desencadenante emocional puede estimular el sistema nervioso autónomo (es decir, el sistema nervioso que usted no controla y que regula, entre otras cosas, la frecuencia cardíaca y la presión arterial). Se sabe que este sistema nervioso influye en el desarrollo de la fibrilación auricular.
Hay estudios a pequeña escala que han demostrado la conexión entre la emoción y la fibrilación auricular. Por ejemplo, se les pidió a casi 100 pacientes que alguna vez habían tenido fibrilación auricular que registraran sus emociones diariamente durante un año.
La recurrencia de la fibrilación auricular se pudo relacionar con las emociones que describieron. En esta reducida serie de pacientes, fue posible demostrar que una emoción negativa como la tristeza, el miedo y la ira duplicaban el riesgo de fibrilación auricular. Por otra parte, la alegría reducía la incidencia de fibrilación auricular en un 85 %.
A pesar de la ausencia de estudios a gran escala, esto sugiere que las emociones agudas pueden ser un desencadenante de la fibrilación auricular, especialmente en pacientes que ya tenían esta arritmia.
Estrés crónico
Al igual que con el estrés agudo, se puede suponer que el estrés crónico también es un desencadenante de la fibrilación auricular debido a su impacto en el sistema nervioso autónomo. Sin embargo, también faltan estudios a gran escala sobre este tema y la evidencia que existe tiende a dar resultados contradictorios. Algunos factores estresantes a largo plazo, como la ira, la hostilidad y la tensión, han demostrado estar asociados con la fibrilación auricular, pero solo en los hombres. Las emociones negativas tienen efectos diferentes en el cuerpo de los hombres que en el de las mujeres.
Además, hay algunos estudios a pequeña escala que indican que los tratamientos dirigidos a aumentar la relajación reducen la carga de fibrilación auricular, y mejoran así los síntomas y la calidad de vida. Esto se demostró en una reducida serie de pacientes durante sesiones de entrenamiento de yoga de dos veces por semana durante tres meses. El resultado fue una reducción de los episodios sintomáticos y no sintomáticos de fibrilación auricular.
Depresión
Se ha demostrado una clara relación entre la depresión y la fibrilación auricular. Los pacientes que alguna vez han sufrido de depresión son hasta un 25 % más propensos a desarrollar fibrilación auricular. El riesgo aumenta con los episodios recurrentes de depresión, y hay un riesgo aún mayor en pacientes jóvenes y en mujeres.
La fibrilación auricular como causa de estrés
Por último, también existe una asociación inversa con la depresión. El “trastorno” de la fibrilación auricular en sí conduce a la ansiedad y los síntomas depresivos en hasta el 35 % de los pacientes. Es por eso que los médicos, y más específicamente los cardiólogos, prestan tanta atención a esta arritmia.
Los pacientes están ahora mucho más implicados en el tratamiento de esta arritmia con el fin de mejorar no solo su salud física, sino también la salud mental y la calidad de vida. Por lo tanto, es extremadamente importante explicar la naturaleza de las arritmias, repasar las diferentes estrategias de tratamiento posibles y enfatizar la posibilidad de que los pacientes puedan influir en el desarrollo de la fibrilación auricular a través del cambio de comportamiento.